Este aparato que normalmente pasa desapercibido en los hogares modernos, fue un invento que desató una furia incontenible en los albores y atardeceres del siglo XX (siglo equis, equis).
Fue diseñado por André de Moulinoir, afamado cocinero del restaurante parisino Le Moulin Rouge (el Molino que ruge, no confundir con el local noctámbulo y pernicioso donde se exhibía
y/o/u exhibiese ese desordenado baile que dieron en llamar can can), André era muy dado a realizar para sus clientes diversos fumées, vichisoire, gazpacho y salmorejo, debido principalmente a que el 101% de sus clientes rebasaban la edad de ochenta años y tenían menos “piños†que un borrego con tres días de vida.
Pero la realización de estas delicias culinarias exigían un arduo trabajo, así como un tiempo considerable en su elaboración, debiendo machacar los ingredientes de estas especialidades con una maja y un mortero.
André, que era un hombre con inquietudes científicas, cayó en la cuenta que aplicando una corriente eléctrica alterna a un conjunto embobinado de cables de cobre y aislados mediante un barniz sobre la base de mononucleidos halifaticos bisintomaticos, se podía producir un movimiento
circular a un eje concatenado con el conjunto descrito anteriormente, si en el extremo antero posterior y solidario con el eje indicado mas una aportación también solidaria a una ONG de reconocido prestigio, adosamos unas cuchillas multidireccionales fragmentadas en los cuatro ejes bipolares del artefacto obtendríamos un aparato capaz de cortar mas que las palabras de una suegra.
Aplicando esta fuerza circular y/o/u circunspecta a los elementos a triturar estos eran reducidos a puré en menos tiempo del que empleaba con el método tradicional.
Pero no fue André quien universalizó el invento comercializándolo, si no que se trató de su ex mujer de ahí el nombre
comercial de Moulin-ex, quien a través de la financiación del Banco Exterior de las Afueras de Alpedrete, mediante crédito de garantía antipersona al 4,5 % RAE y revisión del AfroIbor +0,75% quincenal, montó en las cercanías de Villaluenga del Tomatal la factoría donde fabricaban las famosas batidoras Moulin-ex. André de Moulinoir, murió victima de una rabieta y depresión sintomática al ver que su mujer se forraba de dinero con su invento, mientras que él seguía elaborando gazpacho y salmorejo para los viejos..
Nota: La primera imagen nos muestra a André de Moulinoir, en la cocina de su restaurante, elaborando salmorejo. La segunda imagen nos muestra el diseño original de André al que llamó Machacadora electromecanica, la ultima imagen, nos muestra a la pecora ex mujer de André, haciendo una promoción de sus batidoras Moulin-ex, en el Carrefour de Villajachonda del Pedregal (Wisconsin)